La boda del príncipe Hussein, de 28 años, heredero al trono de Jordania, con Rajwa Al Saif, una arquitecta saudí de 28 años e hija del empresario Jalid Al Saif, reunió a gran parte de la realeza europea. Entre los grandes ausentes estuvieron los reyes Felipe y Letizia de España. Ambos estaban invitados; sin embargo, declinaron asistir a la boda. Quienes sí estuvieron fueron  los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía.

El anuncio del compromiso de la joven pareja tomó por sorpresa a muchos cuando se hizo público en agosto de 2022. El matrimonio entre el heredero al trono y una saudí, además con vínculos directos con la casa real de Arabia, posee un significado simbólico de gran importancia para la familia real hachemita.

La ceremonia siguió el rito islámico y tuvo lugar casi 10 meses después en una carpa instalada en los jardines del palacio de Zahran, ubicado en la capital del país, Amán. Al tratarse del heredero al trono, la boda se convirtió en una gran reunión de miembros de la realeza tras la coronación de Carlos III.

Juan Carlos I llegó a la ceremonia con un bastón. Después de saludar y conversar brevemente con los padres del novio, el rey emérito se trasladó en silla de ruedas hasta el lugar donde lo esperaban los reyes de Jordania, Rania y Abdalá.

Entre los invitados destacaron varios príncipes herederos europeos. Los primeros en llegar fueron los príncipes de Gales, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton.

¿Por qué no asistieron los reyes de España a la boda?

La familia real de Jordania ha enfrentado momentos muy complicados en los últimos años.  En 2021 hubo un intento de golpe de estado protagonizado por el príncipe Hamzah. Este hecho terminó con el arresto del príncipe quien emitió luego una disculpa pública a su hermano y, finalmente, su renuncia al título de príncipe. En sus palabras aseguró que renunciaba por no estar de acuerdo con la forma de gobierno de las autoridades jordanas.

La relación entre los Borbón de España y la dinastía hachemita ha sido muy cercana durante décadas. Sin embargo, ahora, los reyes de España se excusaron de asistir, con el frágil argumento de que se trataba de un “acontecimiento privado”. Esta actitud fue muy criticada, ya que los reyes perdieron la oportunidad de que la heredera al trono, la princesa Leonor, estableciera contactos con la realeza global.