La Comunidad de Madrid, gobernada por Isabel Díaz Ayuso, había estado concediendo becas públicas de estudio a familias ricas

La gestión de la concesión de las becas en Madrid estaba siendo controlada por una empresa privada. Un mayúsculo escándalo que quedó eclipsado ante un suceso no ya convertido en noticia, sino en debate nacional: el viaje de Irene Montero a Nueva York.

Sin embargo, esta operación mediática no solo permite exponer las políticas madrileñas como el paradigma del capitalismo salvaje. Sino que sirve para comprender cómo es posible que políticas contrarias al interés de la mayoría de la ciudadanía, no tengan consecuencias electorales. Así como las becas públicas a familias adineradas para estudiar en centros privados.

“¿Necesita una familia con 9.000 euros al mes ayudas para el estudio de sus hijos? Esto en un país en el que hay más de dos millones de niños en el umbral de la pobreza. La respuesta es evidente en España, donde el salario más repetido es de 1.300 euros”, dijo Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España.

El ataque a Isabel Díaz Ayuso aconteció el lunes 4 de julio, con la mencionada exclusiva ofrecida sobre las becas públicas a alumnos. Cuyas familias ingresan hasta 107.739 euros, para el estudio en centros privados de Bachillerato, además, concedidas mediante gestión privada.

La segunda operación mediática ha sido todavía peor: el viaje a Nueva York de Irene Montero. Un viaje con agenda y actos programados que ha sido criticado y difundido en redes sin piedad. Es cierto que el uso del avión oficial es más que cuestionable. Pero convertir en debate nacional una incoherencia y un error intrascendente sería por completo imposible e injustificable en una sociedad democrática con medios de comunicación fiables.

Desde hace décadas, la guerra la gana siempre el capitalismo, porque aun perdiendo, gana. Por un lado, medidas del capitalismo como las becas a familias con más de cien mil euros de ingresos anuales pueden ejecutarse sin coste político. Esto gracias a medios de comunicación que las envuelven con operaciones mediáticas. Como en su momento minimizaron que Isabel Díaz Ayuso dejara morir abandonados a más de siete mil ancianos durante la pandemia. Esto mientras resaltaron que, gracias a ella, había muchas terracitas abiertas y la economía seguía funcionando en Madrid a pesar de la pandemia.