Poco tiempo atrás, el magnate multimillonario Elon Musk firmó una carta abierta, en la que pedía a otras empresas que retrasaran, por al menos seis meses, los nuevos desarrollos de la inteligencia artificial (IA). Mientras decía esto públicamente, Musk trabajaba en secreto en su nuevo proyecto: TruthGPT, un chatbot que pretende rivalizar con ChatGPT.

De acuerdo con Musk, TruthGPT funciona como una inteligencia artificial en “busca de la máxima verdad”. El australiano cree que su chatbot “intenta comprender la naturaleza del universo”. De esta forma habría más seguridad y sería menos probable que una IA aniquilara a los humanos, aseveró.

Este proyecto se propone, según el dueño de Tesla y Twitter, corregir el rumbo que ha seguido OpenAI, la empresa detrás del ChatGPT. Musk ayudó a formar esa organización sin fines de lucro, en 2015. Precisamente ese incentivo de lucro de OpenAI ha molestado al multimillonario quien insinuó que eso podría interferir, desde el punto de vista ético, con el modelo de IA al que él aspira. Musk ha aseverado que ahora OpenAI es una compañía de código cerrado, controlada por Microsoft.

Para impulsar a TruthGPT, Musk compró 10.000 tarjetas gráficas de última generación para “entrenar” a su modelo de lenguaje propio. Además, Musk creó X.AI, una compañía de inteligencia artificial que será la responsable de desarrollar TruthGPT. De acuerdo con el medio The Conversation, Musk lleva tiempo buscando trabajadores para su nueva empresa.

El proyecto de TruthGPT lo lidera Igor Babuschkin, un investigador que trabajó hasta hace poco en la empresa DeepMind que pertenece a Alphabet, casa matriz de Google. Babuschkin se especializa en modelos de aprendizaje automático que son claves para los chatbots.

El boom del ChatGPT ha venido acompañado de muchos problemas. Sucede igual con la integración de Bing con ChatGPT y Google Bard. Esas IA inventan cosas y mienten. Musk alertó sobre las capacidades de la IA para desarrollar imágenes y textos falsos que parecen reales. Esto puede ser aprovechado para desarrollar campañas de desinformación.

La respuesta internacional al auge de las IA ha sido inmediata. Italia prohibió el uso de ChatGPT; otros países avanzan en regulaciones sobre su empleo. Mientras, el abogado Giovanni Caporaso Gottlieb presentó una denuncia contra ChatGPT por difamación y fabricación de noticias falsas. Quedará por ver si TruthGPT logra ser algo diferente a sus competidores.