Parte de Brasil exige un cambio de gobierno urgente y miles de seguidores Jair Bolsonaro tomaron por asalto edificios del Gobierno

Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro tomaron por asalto las sedes del Tribunal Supremo, la Presidencia y el Congreso y gran parte de Brasil exige un cambio de gobierno urgente.

Los manifestantes exigían la salida del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, sobre quien consideran que llegó al poder con un fraude electoral.
Desde que se conoció el resultado de los comicios presidenciales, decenas de miles de bolsonaristas se han manifestado, en todo el país, para que se revisaran sus denuncias. Ante la inmovilidad de las autoridades, miles de estas personas optaron por romper las barreras policiales y acceder a los principales centros de poder, en Brasilia.

La iniciativa ciudadana fue brutalmente reprimida por las fuerzas del orden. Más de 200 personas, la mayoría vestida con camisetas verdes y amarillas, fueron arrestadas. La Policía recuperó el control de las instalaciones tomadas, aunque continúan los enfrentamientos y aumentó la persecución política contra la población.
El presidente Lula da Silva autorizó el uso de la mayor fuerza contra la ciudadanía.

El objetivo, según el mandatario, es reestablecer el orden. Además, en tono desafiante, aseguró que las personas que exigían sus derechos serían “identificadas y castigadas”. De acuerdo con Lula, la Policía Militar de Brasilia fue incapaz de garantizar la seguridad de las instituciones. También, como es habitual, culpó de las protestas a Jair Bolsonaro quien ni siquiera se encuentra en el país.

Jair Bolsonaro como Donald Trump

Jair Bolsonaro como Donald Trump

Jair Bolsonaro como Donald Trump

El expresidente replicó a las acusaciones con un mensaje en Twitter. En su cuenta en esa red social publicó: “Las manifestaciones pacíficas, conforme a la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”, aseveró.

Las protestas ciudadanas no recibieron el apoyo esperado de gobernadores aliados de Bolsonaro. El Partido Liberal, de Bolsonaro, a través de su presidente, Valdemar Costa Neto, condenó los hechos violentos, pero elogió las protestas ante los cuarteles militares, donde las personas pedían el apoyo del Ejército para cambiar al gobierno.

Bolsonaro nunca reconoció formalmente su supuesta derrota en las urnas. En todo momento mantuvo posiciones críticas hacia el sistema electoral y sus autoridades. En meses anteriores, el líder alentó a protestas contra el resultado de los comicios.

Gobiernos de izquierda en Latinoamérica, afines a Lula da Silva, como el de México, Argentina, Venezuela, Colombia y Cuba condenaron las manifestaciones. Mientras, la Administración Biden criticó el supuesto “asalto a la democracia” en Brasil. Recordemos que el presidente Biden nunca ha tenido buenas relaciones con Bolsonaro, porque este se negó a reconocer la victoria electoral del octogenario mandatario sobre Donald Trump, en 2020. Pero, la realidad es que una gran parte de Brasil exige un cambio de gobierno urgente.