La compañía china de vehículos eléctricos NIO ha anunciado planes ambiciosos para automatizar sus líneas de producción en los próximos años. Se prevé sustituir al 30% de los actuales trabajadores de las fábricas por robots entre 2025 y 2027. Además, la implementación de sistemas de inteligencia artificial permitiría reducir a la mitad los puestos directivos en 2025, al ser capaces de tomar el 80% de las decisiones relativas a la manufactura.

NIO busca reducir costos ante un futuro incierto

Estos planes forman parte de una estrategia más amplia de NIO para reducir costos laborales ante un mercado cada vez más competitivo. De hecho, la empresa recientemente despidió al 10% de su plantilla, en torno a 700 trabajadores, buscando «optimizar recursos». Los empleados que se mantengan deberán asumir una mayor carga de trabajo, sin esperar aumentos salariales.

NIO prevé un futuro con fábricas 100% automatizadas, aunque no ha concretado plazos para lograrlo. Ya utiliza cientos de robots en algunas de sus plantas, que trabajan junto a los empleados humanos.

Los robots, protagonistas de las fábricas del mañana

Los robots están llamados a desempeñar un papel cada vez mayor en las líneas de producción, incluso en una potencia manufacturera como China. La colaboración hombre-máquina será clave en las fábricas del futuro, al menos en una primera etapa.

NIO se expande más allá del automóvil eléctrico

Mientras tanto, NIO busca expandirse y competir en nuevos mercados ante la caída de sus acciones en 2022 y las débiles perspectivas del sector automotriz. Además de vehículos eléctricos, recientemente lanzó su primer smartphone de gama alta, el NIO Phone.

En 2022 entregó más de 126.000 automóviles, un 36% más que el año previo. Pero la compañía aún no logra beneficios y debe demostrar la viabilidad de su modelo de negocio en un entorno de menor demanda global.

Otras automotrices siguen los pasos de NIO

Es probable que otros fabricantes chinos como Xpeng sigan una estrategia similar de automatización para reducir costos laborales. También buscarán nuevas líneas de negocios ante la desaceleración del mercado automotor.

La industria automotriz china se encuentra en una encrucijada, entre la necesidad de implementar nuevas tecnologías y la incertidumbre económica global. Las decisiones que tomen en los próximos años podrían redefinir el sector por completo.

Habrá que ver cómo impacta esta tendencia hacia la automatización al mercado laboral chino a mediano y largo plazo, en un contexto de desaceleración económica global. Los cambios que se avecinan generan expectativas y temores por igual. Una cosa parece clara: la industria automotriz que surgirá en la China del futuro tendrá otro rostro, más tecnológico y menos humano. Resta ver si la apuesta dará sus frutos.