La tecnología para la captura y almacenamiento del CO2, es ¿la solución al calentamiento global? Elon Musk ofrecerá 100 millones de dólares
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, aseguró que ofrecerá 100 millones de dólares como premio a la mejor tecnología para la captura y almacenamiento del CO2. Como sucede con cada cosa que tuitea Musk, desde el bitcoin hasta la red social Signal, su mensaje de inmediato hizo que aumentara el interés por el tema. Musk junta a los que creen que la captura y almacenamiento de CO2 es la solución al calentamiento global. Esta solución ha sido muy criticada por los grupos ambientalistas que siguen apostando por las energías renovables.
¿Qué es la captura y almacenamiento de dióxido de carbono?
El calentamiento global es un tema preocupante. El Acuerdo de París, al que acaba de regresar Estados Unidos, tras el fin de la Administración Trump, busca, entre otras cosas, detener el calentamiento global y evitar así un cambio climático que será perjudicial no solo para las futuras generaciones, sino también para las actuales.
El dióxido de carbono (CO2) es considerado un gas de efecto invernadero. Este gas está de manera natural en la atmósfera y no constituye un problema. Sin embargo, la actividad humana, en diferentes industrias, ha incidido en que crezca notablemente la concentración atmosférica de CO2.
La quema de combustible en las centrales eléctricas y en otras fábricas, por ejemplo de acero y cemento, y las emisiones de CO2 de los motores de combustión de los automóviles son culpables de que aumente el CO2 en la atmósfera. Esto provoca un aumento de la temperatura promedio del planeta. La lista de posibles catástrofes derivadas de este problema daría para varias películas de Hollywood.
Científicos y ambientalistas divididos en dos corrientes
¿Qué hacer ante esta muy preocupante situación? La respuesta a esa pregunta divide a científicos y defensores del medio ambiente en dos corrientes. Por un lado están los que apuestan todo a modernas tecnologías capaces de capturar y almacenar el CO2.
Por otro lado, diversas organizaciones defensoras del medio ambiente consideran que esa estrategia es insuficiente. Para ellos, el camino pasa por un mayor uso de las energías renovables.
La captura, almacenamiento y uso de CO2 (conocida por sus siglas en inglés como CCUS) es una técnica que permite utilizar las emisiones de CO2, producto de la actividad humana, en otras funciones.
CCUS la tecnología para la captura y almacenamiento del CO2 ¿es viable?
La tecnología CCUS posibilita reducir notablemente la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por sectores como el eléctrico y el industrial, entre ellos el aluminio, la industria química, la del acero y el cemento.
El proceso de captura y almacenamiento consta de tres etapas. En la primera se captura el CO2 en su fuente, por ejemplo, en una chimenea de una central eléctrica por la que sale el CO2 a la atmósfera.
Para cumplir esta primera etapa es necesario dotar las chimeneas con filtros especiales, que sean capaces de atrapar las emisiones de CO2, antes de que lleguen a la atmósfera. Luego se separa el CO2 de otros gases que lo acompañan.
Capturar y transportar el CO2 donde se pueda almacenar
De acuerdo con Federico Giannangeli, director de Tecnología de Exploración de Repsol Technology Lab, para esta primera etapa de captura existen dos tipos de absorbentes. “Están las aminas, que son líquidos. Y también absorbentes sólidos, filtros que capturan el carbono directamente del ambiente o de las fuentes de combustión”.
Con cualquiera de estas opciones será posible “secuestrar” al carbono. “Es un reto porque el gas puede estar muy diluido en el aire, con una concentración media del 0,04%”, aclara Giannangeli.
La segunda etapa consiste en transportar el CO2 capturado hacia el lugar donde será almacenado. Por último, en la tercera etapa, el CO2 tiene dos destinos: la mayor parte del gas se colocará en grandes profundidades, donde no pueda incidir en el calentamiento global.
Mientras, la otra parte del gas recolectado puede ser empleado como materia prima para crear nuevos productos como materiales de construcción, espumas para asientos de autos, colchones y también en la industria de las bebidas carbonatadas.
Las tecnologías CCUS no son las únicas que se emplean para reducir la cantidad de CO2 en la atmósfera. Otras opciones son más complejas e incluyen la llamada “fertilización” de los océanos con nitrógeno o hierro. Estos nutrientes inciden en el crecimiento del plancton. Así se forman “bosques submarinos” que contribuyen a absorber más carbono.
Tecnología para la captura y almacenamiento del CO2 es ¿la solución para el calentamiento global?
Las técnicas para capturar, almacenar y utilizar el CO2 producido pueden desempeñar un rol importante en el enfrentamiento al calentamiento global. De acuerdo con Reuters, la capacidad global de CCUS aumentó un tercio en 2020; aunque todavía no es suficiente para cumplir con los objetivos propuestos en el Acuerdo de París, aclaró el Instituto Global CCS.
A día de hoy solo existen 26 instalaciones funcionando en el mundo que son capaces de capturar cerca de 40.000 millones de toneladas anuales de CO2.
Por sí solas, estas tecnologías no reducirán las emisiones de gases con efecto invernadero, aducen diferentes grupos ecologistas. Ellos aclaran que existen otras variantes tecnológicas que permiten estabilizar la concentración de los gases de efecto invernadero.
Ecologistas insisten sobre uso de energía renovable
Un primer elemento en que enfatizan los ecologistas es aumentar el empleo de las fuentes de energía renovable y de la energía nuclear, ya que estas no emiten CO2. Además, piden reducir el uso de otros gases de efecto invernadero, como el metano. Otro elemento clave es incrementar la superficie boscosa del planeta.
Para los grupos Global Witness y Friends of the Earth Scotland, el hecho de depender de la captura y almacenamiento del CO2 no puede ser considerada una estrategia confiable de descarbonizar el sistema industrial actual.
A pesar de las críticas de los grupos ecologistas, la tecnología CCUS continúa despertando el interés, sobre todo en países desarrollados. En Gran Bretaña, el Primer Ministro, Boris Johnson, dijo que aportará hasta 1.000 millones de libras esterlinas del presupuesto del estado para crear una “Revolución industrial verde”. Su idea es convertir a ese país en líder global en la tecnología de captura, almacenamiento y uso del CO2, con la que también espera crear miles de nuevos puestos de trabajo.