La pandemia ha disparado el interés por el nomadismo digital, y los nómadas digitales no quieren vivir en las grandes ciudades

Cada vez más personas entienden que volver a la oficina, como habían hecho habitualmente hasta ahora, ya no es una opción y muchos optan para trabajar como nómadas digitales. Prefieren trabajar de manera remota, en cualquier lugar del mundo. No obstante, en el nomadismo digital no todo es color de rosa, ni tampoco pasas todo el tiempo trabajando bajo una sombrilla, frente al mar. Lo que esta claro es que los nómadas digitales huyen de las megalópolis  y muchos buscan pueblos con historia y buen internet.

Descubriendo la vida como nómadas digitales

Cuando la Covid-19 irrumpió para trastocarlo todo en nuestras vidas, muchos tuvieron que adoptar el teletrabajo como única opción de supervivencia. Ahora, vacunas mediante, se ha abierto la posibilidad del retorno al trabajo “tradicional”. Sin embargo, no pocos empleados y empleadores han decidido que vale la pena continuar con el modelo de teletrabajo.

En este escenario, muchos han adoptado el concepto de los nómadas digitales. Es decir, personas que se mueven entre diferentes lugares del planeta, para conocer nuevos destinos y culturas. Todos trabajan a través de Internet y en no pocas ocasiones son sus propios jefes (freelancers).

En un primer momento, la mayoría de las nómadas digitales se entusiasmó por la posibilidad de vivir en las grandes ciudades de otros países. Era el chance de conocer lugares interesantes y disfrutar del ritmo intenso de la vida en las urbes más famosas del planeta. Ese era el sueño. La realidad es que el costo de la vida en esas ciudades es muy alto. Además, los nómadas digitales, para subsistir, tienen que trabajar muchas horas. Esto produce agotamiento (burnout, en inglés).

Algunos expertos consideran que los nómadas digitales en pocas ocasiones tienen la posibilidad de aprovechar las opciones culturales y la vida social de las grandes urbes, porque sus demandas laborales son muy exigentes. Todos afrontan serias limitaciones con el tiempo.

Alejarse de las grandes ciudades, una tendencia de los nómadas digitales

Frente a esta situación, cada vez más nómadas digitales han optado por alejarse de las grandes ciudades. Incluso muchos prefieren relocalizarse en países en vías de desarrollo, donde el costo de la vida es muy inferior.

Varios países del Caribe han visto en esto un nicho de mercado. Para atraer a los nómadas digitales, naciones pequeñas, con grandes atractivos turísticos, como Barbados, en el Caribe, han lanzado atractivos programas de visado. Mientras, otros países, como Estonia, han perfeccionado sus programas para hacerlos más interesantes a los ojos de los nómadas digitales.

En la carrera para atraer a los nómadas digitales, las ciudades compiten por ofrecer más opciones. Recientemente el estado Virginia Occidental presentó un programa en el que regalará hasta 12.000 dólares a aquellos nómadas digitales que cumplan con los requisitos y decidan establecerse en los Apalaches. En varios pueblos de esa región montañosa del sur estadounidense se crearán espacios de coworking, para así facilitarles el trabajo y el establecimiento de nuevas alianzas.-

No es arriesgado afirmar que el futuro del trabajo será el teletrabajo. Quizás muchos líderes empresariales, de corta visión, sigan colocando trabas y prefieran tener a sus empleados ocho horas, en una oficina. Pero esas visiones, inevitablemente, terminarán por cambiar.